Al momento de cerrar el ejercicio económico y preparar los Estados Financieros Anuales, un tema que no debe descuidarse es la comparación del valor de los activos con su importe recuperable (Test de impairment) según lo establecido en las Normas Contables Adecuadas.
De acuerdo a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) para compañías que tienen responsabilidad pública (NIC36) y a la Norma Internacional de Información Financiera para PYMES (Sección 27 de NIIF para PYME) al cierre de cada ejercicio económico debe evaluarse si existen o no indicios que hagan sospechar que los activos se encuentran sobrevaluados.
Si el profesional juzga o sospecha que existe algún indicio de los mencionados deberá comparar el valor en libros de los activos con el mayor entre su valor de venta neto de gastos y su valor de uso.
El valor de uso será determinado como el valor presente de los flujos de fondos futuros derivados del uso del activo.
De acuerdo a lo establecido en las referidas normas, los indicios a considerar son:
- Cambios adversos en el entorno legal, económico, tecnológico,
- Disminución del valor de mercado del activo testeado,
- Aumento en las tasas de interés de mercado,
- Importe estimado de venta del negocio,
- Obsolescencia o deterioro físico del activo,
- Cambios en los procesos en los que se usa el activo,
- Rendimiento económico del activo peor al esperado.
Actualmente, un entorno local y regional adverso, bajos márgenes de rentabilidad (o negativos), volatilidad cambiaria y aumentos en la tasa de interés, pueden constituir indicios fuertes que hacen necesaria la revisión del valor de los activos al cierre del ejercicio 2018.
Por lo tanto, sin dudas, los planes para este fin de año deberían incluir el test de impairment de los principales activos.